Para la Fiesta del Árbol

Autor:
Manuel Ascaso Ciria

Editorial:
Departamento de Educacion, Universidad, Cultura y Deporte. Museo Pedagógico de Aragón.

Fecha de publicación:
1923 (Edición facsímil digital: abril de 2015)

ISBN:

Páginas:
13

Precio:
Gratuito

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Todos los estudiosos coinciden en señalar que fue en 1805, en Villanueva de la Sierra (Cáceres), cuando se celebró por primera vez el día del árbol. Luego la fiesta se extendió paulatinamente por todo el Estado. Las disposiciones legislativas que se ocupan del día del árbol se publicaron durante las primeras décadas del siglo XX, un tiempo de modernización, de progreso y de apertura de la educación española a la influencia de Europa, fundamentalmente, a través del movimiento pedagógico conocido como la Escuela Nueva.
Durante esta misma época los maestros trabajaron en algunos ámbitos que superaban el currículo tradicional basado en la escritura, la lectura y el cálculo. En esta línea podemos considerar las prácticas de sericicultura y la plantación de moreras en los cotos escolares, las cantinas escolares, los roperos, etc. La escuela se estaba construyendo como institución y aspiraba a ser útil en la vida de los individuos.
Por otra parte, celebraciones como la fiesta del árbol, el día del pájaro o el día del libro contribuían a hacer visible el trabajo de los maestros. Durante aquella época una de las máximas aspiraciones era sacar la escuela a la vida e introducir la vida en la escuela. Y esto se conseguía el día de la fiesta del árbol cuando niños y maestros salían de la escuela y, acompañados por las autoridades –muchas veces con la presencia de la banda de música–, se dirigían al paraje elegido para plantar los árboles. Allí se pronunciaban los discursos de turno. En algunos casos, el fotógrafo inmortalizaba el momento y, quizá, se publicaban crónicas del acto en la prensa local.
Otros maestros aragoneses publicaron libros sobre este mismo tema. En 2009 el Museo Pedagógico de Aragón impulsó la edición facsímil de La fiesta del Árbol de Leonardo Escalona y Montaner, maestro de Albalate de Cinca, que publicó en 1933 una obrita de teatro para ser representada el Día del Árbol. A Gregorio Lax y a Casilda Manzana les debemos la obra Diálogos y cantos para la fiesta del Árbol, publicada en 1925 por la editorial de Vicente Campo de Huesca.

La fiesta del árbol de Manuel Ascaso Ciria

Manuel Ascaso Ciria había nacido en Huesca el 30 de marzo de 1892 y, cuando cumplió catorce años, hizo el examen de ingreso en la Escuela Normal de Maestros de su ciudad. Ascaso forma parte de ese grupo de maestros cultos que escribieron libros, dictaron conferencias, asistieron a cursos y seminarios y que contribuyeron decididamente a que la sociedad cambiara el concepto que tenía de estos profesionales.
El folleto que incluimos en la colección Publicaciones Digitales del Museo Pedagógico de Aragón vio la luz originariamente en los talleres tipográficos de la viuda de Justo Martínez de Huesca, una librería que publicó libros para las escuelas. La fiesta del árbol contiene dos diálogos. En el primero de ellos, El Torrente, El Árbol y El Labriego entablan una conversación dirigida a convencer al público de las bondades del arbolado.
El segundo diálogo tiene por protagonistas a un traficante en maderas que pretende comprarle los árboles a un agricultor codicioso e ignorante. El negocio no prospera gracias a la intervención de otro campesino, instruido e inteligente, capaz de convencer a su paisano de la necesidad de conservar los bosques.
En este folleto se pone de manifiesto que uno de los objetivos de esta celebración en aquella España rural y sumida en tantas carencias era concienciar a los agricultores de la necesidad de conservar el arbolado, aunque no tuviera una inmediata rentabilidad económica.

Víctor Juan
Director del Museo Pedagógico de Aragón